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Fauna Ibérica |
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Los caballos garranos son una raza equina autóctona de Portugal, específicamente de la región norte del país. Viven tanto en libertad como criados por el hombre. Son una de las razas autóctonas de caballos ibéricos, al igual que el Asturcón.
Se caracterizan por su rusticidad, tamaño pequeño a mediano, con una altura que oscila entre los 1,20 y 1,40 metros, su complexión robusta y su pelaje, que suele ser de color castaño (variando de claro a oscuro), con melena y cola espesas. Las crías suelen tener un color más claro que los adultos.
Su cabeza es proporcionada al cuerpo, con ojos vivaces y orejas pequeñas. Sus extremidades son fuertes y resistentes, muy adecuadas para desplazarse por terrenos montañosos y boscosos.
Estos caballos presentan una fisonomía rústica y adaptada a su entorno, lo que les confiere una gran resistencia y longevidad.
Los caballos Garranos se encuentran en la región noroeste de Portugal, específicamente en las provincias norteñas de Minho y Trás-os-Montes.
Su hábitat natural abarca zonas montañosas, bosques y áreas de pastoreo. Estos equinos han habitado la región durante siglos, adaptándose a las condiciones climáticas y topográficas del entorno.
Su presencia se asocia estrechamente a los Vales del Homem y del Cávado, así como a la Serra do Gerês, donde se les llama «caballo salvaje del Gerês».
La reproducción de los caballos garranos se desarrolla en su hábitat natural, siguiendo un patrón adaptado a las condiciones del entorno. La cría de los garranos se ha convertido en un elemento fundamental para la conservación de esta raza autóctona, lo que ha llevado a la implementación de políticas de salvaguarda y reconocimiento de su importancia como patrimonio natural portugués.
Como ocurre con el resto de los caballos, las yeguas de los garranos tienen un periodo de gestación de once meses, con un único potro por parto. Suelen llegar a su madurez sexual a los 3 o 4 años de edad.
Estos equinos presentan una alta tasa de supervivencia en el parto, lo que ha contribuido a su preservación a lo largo de los siglos.
Se alimentan de hierbas y arbustos que encuentran en pastos y zonas de montaña.
Los caballos Garranos han estado estrechamente ligados a la vida rural y a las actividades tradicionales de la región. A lo largo de su historia, han desempeñado roles fundamentales como animales de trabajo y transporte de personas y bienes.
Actualmente estos animales ya no se utilizan prácticamente para trabajo, excepto para monta. Los ejemplares salvajes desempeñan la labor beneficiosa de consumir hierbas y matorrales que en las montañas podrían contribuir al fuego en el caso de un incendio forestal.
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