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Fauna Ibérica |
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Fauna Ibérica |
El chotacabras gris es algo mayor que un mirlo común. Su plumaje, de color marrón grisáceo, imita los dibujos de las cortezas de árbol, o de la hojarasca del suelo, por lo que es difícil detectarlo mientras está posado en el suelo o sobre una rama.
Su pico es muy pequeño, pero cuando lo abre revela una gran boca. Está además flanqueado de vibrisas (pelos alrededor del pico).
Sus ojos son muy grandes, aunque cuando está posado suele entrecerrarlos para mejorar su mimetismo con el ambiente.
Tiene las patas muy cortas por lo que, al estar posado, se apoya sobre el vientre.
Su canto es una especie de ronquido, alternado entre grave y agudo, que se puede oír prolongadamente después del anochecer.
El macho se distingue de la hembra por las manchas blancas en la punta de las plumas de la cola (caudales) y en las plumas de las alas (primarias).
Habita en terrenos despejados o con arbolado poco denso, como pinares claros, plantaciones de frutales, pastos o páramos, desde la costa hasta alta montaña.
Pasan el invierno en África.
En primavera, al caer sol, el macho lleva a cabo un vistoso vuelo nupcial sobre el territorio de cría, a la vez que emite un reclamo.
La hembra hace la puesta sin existencia de nido, sino directamente sobre el suelo de algún claro. Esto le sirve para desplazar poco a poco su ubicación a medida que se acumulan los excrementos de los pollos. Los huevos, casi siempre dos, presentan manchas que los hacen pasar desapercibidos.
Después de 17-18 días aparecerán los polluelos, cubiertos de plumón a manchas, que les aporta camuflaje.
Realiza dos puestas entre junio y julio.
La aportación de alimento la hacen ambos miembros de la pareja, la hembra normalmente de día y el macho durante la noche.
Los pollos empezarán a volar a los 15 a 20 días de su nacimiento.
Cuando la hembra inicia su segunda puesta, será el macho el que se ocupe por completo del cuidado de los hermanos mayores.
Es una especie monógama.
Se alimenta principalmente de mariposas y otros insectos voladores, que caza en el aire durante las horas de luz y al acecho al terminar el día.
Tiene hábitos marcadamente nocturnos.
Pasa la mayor parte de las horas de luz en el suelo o posado sobre una rama.
Conforme a su estrategia de defensa basada en el camuflaje, no suele ser asustadizo, pero cuando se asusta huye.
Por la noche le gusta aprovechar el calor acumulado sobre las carreteras y pistas, y para ello se posa en ellas, lo cual produce una gran mortalidad de individuos por atropello.
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